Jiménez ha logrado consolidarse en el vibrante panorama de la plástica oaxaqueña gracias a su fusión de elementos Pop y Kitsch, así como a su particular forma de representar la cultura popular mexicana. Su obra se divide en dos vertientes claramente diferenciadas: una de carácter íntimo y otra de carácter público. En ambas, el artista aborda el impacto de la globalización sobre la cultura y el folklore de México.