Con un trazo infantilizado, esta artista recrea escenas idílicas de Oaxaca. La llamada escuela oaxaqueña de pintura se puede advertir en los trazos color ocre, verde o azul que recorren su obra afianzada en un imaginario de inocencia recreada. La flora y fauna son elementos primordiales, que acompañan a los personajes en sus periplos.